22/07/2025

¿Qué será ahora del heavy metal?

 

Cuando comencé a escribir este texto fue días después de la despedida de Ozzy, y hoy me toca actualizarlo por el reciente y triste fallecimiento del legendario cantante.

Tal vez no tomé dimensión del asunto cuando vi el flyer del Back to the Beginning. Fue recién cuando escuché el cover de “Mr. Crowley” que Jack Black le dedicó a Ozzy que me cayó la ficha. La banda más importante de la historia y creadora del género metálico pone fin a una larga trayectoria. Deja tras de sí un legado incalculable y una increíble cantidad de fanáticos con lágrimas en los ojos.

Y es que el pasado 5 de julio, luego de un cartel repleto de los exponentes más grandes del heavy metal y un número récord de espectadores, Black Sabbath y Ozzy se despedían de los escenarios para siempre.

Es difícil de asimilar, sobre todo cuando de este lado del charco hay más complicaciones para ver este tipo de artistas. Pero sin dudas, el factor principal es mi edad. No tuve la chance de verlos en su mejor época, ni siquiera de ver a Ozzy Osbourne en su mejor época, y ahora que la fiesta ha terminado definitivamente, siento que llegué muy tarde.

No tiene sentido lamentarse a esta altura. De todas formas, era muy chico la última vez que Ozzy piso suelo argentino.

No voy a incluir a Dimebag Darrell o Chuck Schuldiner en esto porque, de haber podido asistir a un concierto de Pantera o Death, no hubiese tenido conciencia plena. DIO murió cuando aún estaba en la primaria. Lemmy, cuando estaba en secundaria. Pero a Ozzy tal vez lo hubiese podido ver, y hoy es uno más de los grandes artistas que jamás voy a poder conocer en mi vida.

¿Qué consuelo puede tener un simple mortal como yo? Ver que cantó por última vez como si los años y las enfermedades no pesaran sobre su cuerpo, y que se pudo despedir de este plano de la mejor forma posible, dejando un legado que perdurará por generaciones.

Un ídolo que, como tantos, se va por la puerta grande.

¿Cómo será el futuro de la música pesada?

Jack Black es un artista que no solo me ha cautivado con su música y películas, sino que pasó a ser una personalidad importante a lo largo de mi vida, y un tipo al que le tengo mucho respeto.

Verlo cantar semejante tema con sangre joven acompañándolo —entre ellos el hijo de Tom Morello en guitarra y el hijo de Scott Ian en bajo— me generó una mezcla de emociones positivas y melancólicas, al mismo tiempo que esperanzadoras.

Y es que, al contrario de lo que se dice, las ventas de música en formato físico y la concurrencia a festivales siguen en alza, y cada día el número de bandas y artistas activos es mayor. Lo cual, a su vez, dispara la cantidad de álbumes que salen cada año.

Independientemente de que te guste o no la actualidad del metal, el movimiento sigue activo, incluso en países donde antes era solo una utopía.

Pocos minutos después de ver los videos del Back to the Beginning, me topé con el "aftermovie" del Resurrection Fest y quedé impactado con la cantidad de gente que se ve.

Como les decía: te pueden gustar o no las bandas que hoy día encabezan los carteles o que la están "pegando", pero más que amargarnos deberíamos festejar que la rueda sigue girando.

Tal vez sea tiempo de que cambiemos el foco y tratemos de abrir un poco más la mente para darle oportunidad a artistas nuevos (sin caer en la hipocresía), que verdaderamente tengan un deseo profundo de hacer música más allá de la superficialidad de los likes y alguna que otra ganancia.

Quizás por esto, y dominados por nuestros prejuicios, nos estemos perdiendo del próximo gran artista que, dentro de 30 o 40 años, estará tocando en su despedida y más de uno de nosotros lo estará observando con ojos vidriosos.

Descansa en paz, principe de las tinieblas. Tu legado perdurará por siempre en nuestro corazones.

Ozzy Osbourne 1948-

21/07/2025

Seraphic Entombment - Quelled (demo 2019)

Género: Death/Doom Metal

País: Estados Unidos

Año: 2019


1. Vault of Vision

2. Carried By Claws 


Encyclopaedia Metallum

Bandcamp

Last.fm

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Me gustan muchos estas nuevas bandas que han surgido en el ambiente más oscuro de death metal porque noto que no son conformistas. Por lo general, veo repetidos una y otra vez los mismos patrones. Sonido sueco, un constante tupa tupa sin sentido y como resultado obtienes un death metal de "ascensor". 

Seraphic Entombment es una de esas bandas que gustan revolcarse en el pantano, engendrando sus canciones con la misma lentitud que los gusanos devoran cadáveres. Cada pista obtiene su forma de los riffs que reptan de tal manera que me recuerdan al viejo Cianide y su The Dying Truth, pero en este caso son mucho más astillados y menos densos. 

La podredumbre sale a flote cuando emergen melodías nauseabundas, como el hedor de un viejo cementerio, acompañadas por secciones rítmicas con gran despliegue técnico de parte de su baterista. Al bajo, por el contario de como se supone que debería ser, se lo escucha más cuando se aceleran los temas. Llegando a percibirlo con un sonido a "lata". Hubiese estado bueno que agreguen algunas líneas más elaboradas para contrastar un poco la esencia de los demás instrumentos.

Una cosa que deben tener presentes las bandas de death/doom es componer de tal manera que el oyente no se aburra. Por suerte, ellos lo sabían. Si bien hay muchos momentos doom que dominan las canciones, están empapados con un aura de misterio y locura que las vuelve opresivas de principioa fin. Es como que siempre están buscándole la vuelta a cada nota para que tenga un significado y las transiciones se vuelvan mucho más fluidas.

Sin duda las dos canciones que componen Quelled dan vida (¿o muerte?) a un material más que aceptable en este basto universo que lucha constantemente por seguir evolucionando a pesar de las malas críticas. 

18/07/2025

Nile - Amongst the Catacombs of Nephren-ka (1998)

Hablar del debut de Nile no es hablar de un disco más, sino de uno que dio forma a todo un nuevo universo dentro del death metal. Pero, así y todo, pasó muy desapercibido en su momento.
Si lo comparamos, por ejemplo, con el Gateways to Annihilation, sentiremos que el sonido de Nile se va en picada, por más pesado que sea el riff, la batería o la voz de Sanders. Da igual. La producción de al menos los primeros tres trabajos deja mucho que desear en este aspecto, sobre todo en la parte vocal, donde es principalmente perjudicada en los momentos donde Kyle lanza sus guturales más graves. Incluso con las letras en mano, es difícil seguir lo que dice. La voz suena detrás de toda la banda, y por momentos parece que hubiera una falla y saliera por fragmentos.

Igual, no me malentiendan: amo el sonido de Nile. El disco suena caótico, oscuro y surgido de tumbas con siglos de putrefacción. Más allá de que tratar de entender las letras se sienta como perseguir una voz susurrante por una oscura, fría y húmeda bóveda de alguna pirámide ancestral, termina siendo algo que suma a la historia del álbum, porque uno busca entender qué sucede. Como si trataras de descifrar un jeroglífico. Ahí está la magia.

El álbum marcó un antes y un después en la historia del género. Sin buscar modernizarlo, terminó expandiéndolo. Los fans comenzaron a preguntar qué querían decir en sus letras, ya que, por lo rebuscadas que son, era difícil saber de qué trataban. A partir de los siguientes discos, comenzaron a añadir el significado y la historia de cada una en el libro del CD, dejando aún más clara la pasión de Sanders por la historia y cultura egipcia.

La música parece invocar entidades antiguas. Los cánticos, instrumentos exóticos y el misticismo que emana es una marca registrada que los posiciona, según mi criterio, en lo más alto de la cadena evolutiva deathmetalera. El álbum es un viaje en el tiempo hacia épocas que cuesta imaginar. Los guturales más profundos y sombríos de Kyle parecen provenir de gargantas podridas y resecas de momias milenarias.

Lograron construir una atmósfera ceremonial tan vívida que uno puede sentir que recorre el viejo Egipto a lo largo de los poco más de 30 minutos que dura el disco.
Los paisajes más épicos se dibujan por medio de las guitarras, que son como cuchillas curvas cortando en patrones laberínticos. La batería y el bajo suenan contundentes, como tambores de guerra que cargan con precisión militar. Todo está envuelto en un aura de liturgia negra que genera una inmersión fantástica con la obra.

No es un disco para escucharlo de fondo. Tampoco para mover la cabeza.
Tal vez por esto, la producción cavernaria y su carácter "antipopular" fue que este gran debut pasó por alto en su tiempo. Pero te aseguro que basta con visitar una vez el escenario que Kyle y compañía desarrollaron para que el retorno sea imposible.